miércoles, 14 de octubre de 2009

Journeyman - Viajero en el tiempo.

Hoy creo que es de rigor hablar de una de las nuevas series afines al espíritu de este blog. Se trata de Journeyman – el viajero del tiempo -.

Antes que nada, es necesario hacer un inciso. Me atreveré incluso a proponeros esta consecución de incisos. ¡Incisos de incisos vaya! Seguid las imbricadas explicaciones.
Si os fijáis, los incisos son unos tipos especiales de flashbacks (desambiguación o miradas al pasado), flashforwards, déjà vu (ya visto en francés, paramnesia), o quiasmos (viene de la X griega y representa el tropo según el cual se parte una frase en dos ideas aparentemente divergentes). Por eso sin duda, los incisos se convierten en una necesidad estética de este blog.
El inciso se lo lleva hoy por muchos motivos esta chica:

Korinna Moon Bloodgood.
El primer motivo es su extraordinaria estampa. Anteponer lo fantástico de su nombre sería una ironía. Aunque lo de Corina Luna BuenaSangre también está bien. Pero no. La razón última por la que se me antoja incluirla aquí no es sino que al igual que Mary Steenburgen de la que ya hablamos en su día (seguid el enlace) ella también se convierte en una de nuestras musas temporales. No sabemos si por convicción o por vicisitudes de profesión, resulta que Korinna participa en numerosos proyectos relacionados con los cronautas de la pequeña y gran pantalla. De la pequeña hablamos precisamente de esta serie que nos interesa hoy: Journeyman. El papel de verdadera cronauta e incluso, avezada y principal, puesto que ella es el referente temporal del protagonista, le confiere por si solo un lugar de honor al lado de Mary Steenburgen en el panteón de los cronautas. Pero resulta que además, la Luna BuenaSangre también se estrena en otra serie temporal actual: day break. Esta serie basada descaradamente (y por eso me gusta) en Atrapado en el tiempo que recordaréis sin duda como la peli de "el día de la marmota", parece no haber tenido demasiado éxito. Supongo que a pesar de la presencia de nuestra Corina Luna, los personajes de esta serie no eran demasiado consistentes. Pero salgamos de este nuevo inciso... ¡Y no solo eso! Además, (redoble de tambores) ¡Atención!: para coronar tanto eclecticismo, ella es la (siento el paletismo) Blair Williams de Terminator Salvation. ¡Ahí es nada!
Pero volvamos a Journeyman, el tema del día:
Debo decir que cuando empecé a verla me sentí algo desilusionado. Parecía que los guionistas solo utilizaban el recurso del viaje en el tiempo a modo de comodín. Quiero decir que el protagonista no era el propio viaje en el tiempo sino las apariciones cuasi milagrosas del protagonista en el argumento de cada capítulo. Esto es: tanto daría que el protagonista aterrizara de otro planeta o fuera enviado por Dios para la consistencia del guión. Algo así como “Que bello es vivir” en versión serial. Vosotros, los seguidores de la cronáutica sabéis perfectamente a que me refiero.
Afortunadamente, el capítulo 2x07 – doble o nada – me sorprendió favorablemente.
Al fin me era dado deleitarme con paradojas de las que nos interesan a los seguidores de Wells. Y es que por fin se rizaba el rizo, que es la esencia de todo argumento temporal.
Hasta entonces, la serie había utilizado el viaje en el tiempo sin justificación alguna. Parecía una simple enfermedad del protagonista – curiosamente asimilada sin pánico alguno por su mujer y él mismo – que le mandaba (sugieren en algún momento que quizás por motivos divinos) al meollo de un problema vital para que lo pudiera solucionar. Pero por fin en el capítulo 2x07 se produce una paradoja muy de nuestro gusto.
El núcleo del problema del protagonista es el mismo protagonista. En este caso se trata del periodista de la prensa escrita Dan Vasser.
Y por fin se entremezclan las acciones que debe acometer en su pasado desde su nueva trama temporal – para él de su presente – en ese mismo pasado.
Bueno. Para el que no haya visto la serie, contamos sin desvelar que este capítulo 2x07 cuenta como el protagonista (Kevin McKidd que quizás recordéis por la serie Roma) se da cuenta de que tiene que ayudar a su yodeantes para que todo lo que vivió desde entonces siga igual. Esto es: debe conseguir que todo lo que sabe que vivió (porque lo recuerda) siga siendo como fue. Según los cánones más conservadores, parece que no debería haber ningún problema puesto que lo que fue tendría que volver a serlo cuando el vuelve al pasado.
Pero precisamente esa es la esencia de la pregunta paradójico-temporal.
¿Podría cambiar algo si uno vuelve al pasado y hace algo que impide que las cosas sean como fueron, o simplemente no hace nada para que las cosas sigan siendo como habían sido?
Se trata de una simple pregunta alternativa a la paradoja del antepasado: ¿Qué ocurriría si vuelvo al pasado y mato (o no evito la muerte) a un antepasado mío antes de que haya engendrado la línea genética que lleve a mi nacimiento?
La simple respuesta de que eso no puede ocurrir porque no ocurrió elude la cuestión de los multiversos. Se trata de libre albedrío. Si tomamos como premisa que lo tenemos y podemos viajar en el tiempo (es de lo que trata este blog), podríamos matar a nuestro abuelo. Y por lo tanto, no habríamos nacido en el universo al que nos habríamos desplazado matándolo. Y sin embargo, ahí estamos. En un universo en el que no hemos nacido pero al que hemos venido desde otro en el que sí lo hicimos y del que desaparecimos. No quiero ser simplista pero en este caso si que parece que se mantiene el equilibrio termodinámico masa-energía de un sistema cerrado. ¿Pero no habría que definir primero a qué sistema cerrado nos referimos? ¿A cada uno de los universos del multiverso o bien al multiverso en sí?

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